Cuando todo terminó, esas imágenes que encendieron pasiones o fueron sólo un juego entre cuatro paredes, se convierten en una amenaza latente. Despechados u oportunistas, transforman en pesadilla los días de quienes alguna vez los eligieron para compartir un momento íntimo o ser destinatarios de fotografías privadas.
La intimidación, chantaje o extorsión de que tomen estado público, desvela a hombres y mujeres, de distintas edades y profesiones, sin distinción de clases sociales. Basta con blanquear la temática, para advertir que la problemática ya forma parte de las historias urbanas de Crespo.
Desde la psicología
Hay quienes se regocijan en la venganza y qué mejor que ese maligno sentimiento para desatar la tormenta. Así lo explicó a FM Estación Plus, la Lic. en Psicología y Sexología, Isabel Rojas: “Cuando alguien se pelea o está enojado con otro, no va a tirar con munición chiquita sino con armas pesadas y algo que duela. El que es dejado empieza muchas veces a tener este tipo de venganzas, que es por el lado íntimo de la otra persona, por su privacidad. Quien es amenazado tiene sentimientos encontrados, angustia, miedo, porque es lo más íntimo, ya sea que se haya viralizado o que haya sido visto por un grupo nada más, no importa la cantidad. Estar en ese lugar trae problemas de cómo le digo a mi familia, cómo lo enfrento, la sensación es de estar muy sucio y de haber hecho algo terrible, cuando en realidad esto ha pertenecido a una relación o un vínculo afectivo, que en su momento fue parte de un juego entre ambos y que se suponía que tenía códigos. Sucede esto de descubrir que esa relación no es tal como se la imaginaba. Es una explosión de muchas emociones, que se juntan y se cotraponen”.
“Momentos terribles para el/la adolescente, como ganas de quitarse la vida”, advirtió Rojas
Un fuerte desequilibrio emocional se apodera de quien de un instante a otro, comienza a correr el riesgo de estar en el boca a boca y de ser juzgado por desconocidos. La psicología señala a las nuevas generaciones como las más vulnerables de la PornoVenganza. “Es preocupante que la moda de fotografiarse esté circulando entre las adolescentes”, afirmó Rojas y explicó: “Hoy circulan fotos, videos, donde las chicas envían a sus novios o al chico con el que están saliendo, y después empieza a difundirse y se hace viral. Como estamos en una época donde todo es tan expresivo, tan ofensivo, tan para afuera, empiezan a faltar herramientas para competir con las otras chicas. Entonces de repente las adolescentes ofrecen esto, que es lo más íntimo, a modo de mostrarle a los chicos ‘esto que te doy yo, seguro no te lo va a dar la otra’; sin pensar lo que puede suceder después. Trae muchísima angustia, grandes problemas familiares, hasta momentos terribles para el/la adolescente, como ganas de quitarse la vida ante el temor de que sea difundido o cuando ha sucedido”.
Desde una víctima
“Aturdido por toda esta situación le pregunté cuánto quería y me dijo $8.000”, contó el extorsionado
El mal uso de la imagen en circunstancias privadas, también aparece entre las sombras que cargan los adultos. Una de las tantas historias crespenses, fue contada en primera persona: “Nunca pensé vivir esto. Fui extorsionado por una Sra. de Crespo, madre de familia, a quien cualquiera vería como una buena persona, normal. Hace unas semanas me increpó en la calle, preguntándome si conocía a una determinada persona, a lo cual le dije que no y en ese momento empezó a amenazarme diciéndome que me estaba haciendo el tonto, que me iba a arruinar porque tenía un video que me inculpaba. Insistió en que lo iba a saber todo el mundo, que lo iba a publicar en Facebook y que hablaría con mi familia y mi empleador, porque según ella no sabían qué clase de persona soy. Ante semejante acusación le exigí que me muestre el video y dijo que no quería mostrarse conmigo en la calle, que suba a su auto. Me explicó que no lo llevaba consigo el video en ese momento, pero me preguntó cómo podíamos “arreglar” eso, entonces me doy cuenta que quería plata. No obstante, me anticipa que sino va a mandar a sus hijos a apretarme, porque saben mis horarios y el recorrido que hago todos los días hasta mi casa. Aturdido por toda esta situación le pregunté cuánto quería y me dijo $8.000. Estaba asustado, porque es la primera vez que me pasa, así que le entregué $2.000 que llevaba conmigo por un adelanto que justo había pedido en mi trabajo y ella me da una semana de plazo para conseguir los $6.000 que faltaban. No tengo palabras para describir lo que fueron esas horas, porque no se lo podía contar a nadie y al mismo tiempo sabía que era imposible para mí reunir ese dinero. No puedo ‘negrear’ o hacer desaparecer esa suma de los ingresos de mi hogar y que pasen desapercibidos. En los cuarenta y tantos, es la primera vez que me pasa esto en la vida. Permanentemente me llamaba a mi trabajo, me cruzaba en la calle y me gritaba..tomé coraje y le conté a mi hija, quien tenía un contacto que me podía prestar ese dinero. Pero igual sería una bola de nieve interminable, así que sin tener nada que ocultarle a mi entorno, senté a toda mi familia y le hice saber de esta mujer que me estaba extorsionando. Mi hijo me hizo entrar en razón de que no podía entrar en su juego de presión, que era ella quien estaba actuando mal. Cuando esta mala persona quiso reclamarme la plata por esas imágenes de mi vida privada, me planté y le dije que si no terminaba con esto o si sus hijos llegaban a pegarme a mí o a alguno de mi familia, me iba a levantar y no para pegarle, pero iba a tener problemas. Salí de ese lugar de humillación al que ella quería someterme, la desafié a que publique lo que quiera y la corté completamente. Al tiempito volvió a contactarse, me volvió a pedir plata, pero ya me confesó que se le borró el video. Supe que se dedica a esto. No quiero denunciar o llevar a juicio lo que pasó, pero no descarto nada. Quiero me deje de molestar. Me asusté, andaba con el corazón en la boca, pero ya pasó, no pienso darle más plata”.
Desde la Justicia
Llegar a ese nivel de opresión es sinónimo de estar en problemas con la ley, aseguró la abogada Mariela Britos: “Sería un delito de extorsión y existe la vía penal para desactivarlo y sancionar a quien corresponda”.
Aún sin llegar a tal extremo, el sólo hecho de trasladar a la esfera pública la foto o video de una persona, sin contar con su aprobación, ya es motivo de injerencia de la justicia. “Hay disputas en torno a las imágenes, por cuestiones graves en algunos casos, por eso siempre tenemos este tipo de consultas”, comentó la letrada. Aconsejó no exponerse, pero sucedida la situación, aseguró que la justicia admite este tipo de planteos. “La imagen es un derecho personalísimo, que todos tenemos como individuos y nadie nos puede sacar. El derecho a la imagen está regulado en nuestro Código Civil y Comercial actual, que recepta lo que la jurisprudencia venía planteando al respecto. En el Código anterior no teníamos tan explícitamente este derecho, no obstante había una práctica judicial tendiente a proteger la imagen de cualquier persona. El nuevo Código lo toma y lo describe claramente, como un derecho casi absoluto, con algunas mínimas limitaciones. Somos dueños de nuestra foto –no sólo aquellas comprometedoras-, en cualquier circunstancia y si alguien la utiliza, se puede pedir el cese inmediato y que se pague un resarcimiento por el daño causado. La excepción son las imágenes vinculadas a funcionarios públicos o participaciones en ese ámbito. Fuera de ellos, las personas somos dueñas de nuestra imagen”.
“Muchas veces quedamos limitados ante los alcances de la tecnología, pero nuestra legislación ha avanzado mucho”, aseguró Britos
“Quienes hacemos derecho de familia vemos habitualmente que se da a modo de venganza”, dijo la Dra. Britos y resumió la práctica legal a seguir: “Se plantea que se dicte la baja de Internet, lo cual no garantiza que desaparezca, porque si alguien ya se la descargó o hizo una copia, quedará en su CPU, celular o Notebook. Pero desaparece su divulgación masiva. Cuando sucede con menores, infiere una mayor gravedad, por lo que se aborda desde lo Civil y Penal. Las situaciones que hemos tenido con menores, hemos logrado que rápidamente se eliminen las imágenes de Internet por disposición de los Jueces de Familia, que ordenan esa acción al Departamento de Informática de Tribunales”.
Cualquiera sea la etapa en que la PornoVenganza se esté desarrollando, la psicología extiende su brazo de ayuda, para encontrar la calma. “Es preciso poder ayudarlo a ver cuáles son las herramientas que tenemos para poder enfrentar a su grupo, su familia, quizás ya tiene una nueva pareja. Uno intenta ayudar a la persona a cómo volcarlo en el círculo cercano, porque así se saca el 50% del peso de su mochila, que era como lo más terrible”, manifestó la Lic. Rojas.
La cantidad de casos de difusión de videos y fotos íntimas sin consentimiento, constituye un fenómeno mundial llamado “Porno Venganza”, terminología con la que precisamente se lo convirtió en delito en varios países. Para Argentina, aún es un atentado a la intimidad. “La tecnología nos acerca, pero a la vez nos aleja tanto en los vínculos íntimos afectivos”, afirman los especialistas. (FM Estación Plus Crespo)
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