Unos 71 beneficiarios de un programa federal de viviendas de General Ramírez expresaron su preocupación por las demoras para la entrega de los inmuebles que se construyen en esa ciudad del departamento Diamante.
Se trata de unidades habitacionales que fueron construidas en el marco del Programa Federal de Vivienda y Mejoramiento del Hábitat de Pueblos Originarios y Rurales, que instrumentó el gobierno nacional en 2014 a través de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Nación, con el objetivo apoyar y mejorar las condiciones de vida de los pueblos originarios y los hogares de bajos recursos en las zonas rurales del país.
Las familias que cumplieron con requisitos para acceder al programa, conformaron un Consorcio a Gestión y a través de las empresas constructoras, acordaron a través la Unidad Ejecutora de Programas Especiales del Ministerio provincial de Desarrollo Social, la construcción de las viviendas.
En noviembre de 2014, el entonces gobernador Sergio Urribarri inauguró y entregó 26 de esas viviendas a familias rurales de Ramírez y durante el acto, anunció la construcción de otras 27, para lo cual desembolsó 3.109.719 millones de pesos al municipio, en ese momento bajo la gestión de Edelmiro Krämer (FpV), como adelanto para la construcción.
Tres años después de aquel acontecimiento, los adjudicatarios comenzaron a advertir su preocupación por las demoras para la entrega del resto de las viviendas, y ante los rumores que circularon en la localidad respecto a la intención de cambiar a los beneficiarios originales, enviaron una nota al actual intendente Gustavo Vergara (Cambiemos), a quien le solicitaron que «se mantenga sin ninguna modificación, el listado original de adjudicatarios».
«Nuestro pedido no intenta generar discordia ni posicionamientos de ningún carácter político-partidario, solo estamos defendiendo y que se respete el programa como fue otorgado«, indica el escrito que los adjudicatarios enviaron al presidente municipal y al cual accedió IN.
«No avalamos bajo ningún punto de vista que se anule y modifique lo que ya está comenzado y a poco de terminar, nos duele enormemente vernos en esta situación, y solo pedimos que las decisiones no se tomen en el ámbito de una mezquindad política y partidaria», expresaron. «Sólo hemos quedado en una grieta de posiciones distintas y esperamos son caer en ella», argumentaron.
Tras diversas gestiones ante la Unidad Ejecutora de Programas Especiales del Ministerio provincial de Desarrollo Social (EUPE), les informaron que las viviendas iban a ser entregadas en diciembre de 2016. Pero en junio del año siguiente, les confirmaron que restaban obras complementarias, y que esperaran hasta fines de julio o agosto. Y así pasaron los meses, en octubre de 2017 recibieron la novedad de que «entre el lunes y martes, depositan los últimos fondos» junto con la promesa de inauguración para el mes de diciembre.
A marzo de 2018, las viviendas se están deteriorando, registran rajaduras, han sido blanco de vandalismo por pintadas, rotura de vidrios y ventanas, y hasta los caballos defecan en las puertas. (Con información de Elonce.com)
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