
Saluso señaló que en general todas las poblaciones de insectos tienen explosiones demográficas. Bajo determinadas circunstancias que pueden ser climáticas, de disponibilidad de alimentos o escasez de enemigos naturales, se incrementa el número propio de cada una de las poblaciones de las especies.
Durante años no hubo en Argentina población importante de estas especies y esto fue por el control que se realizó en su momento.
“En esas zona de cría permanente se hacen los monitoreos constantes, así se baja la densidad poblacional y se evita que se produzcan las mangas”, especificó la entrevistada.
Son insectos que al nacer tienen aspecto semejante a los adultos, pero que difieren principalmente por su menor tamaño, no poseer alas y no tener los órganos reproductivos desarrollados. A este estado del ciclo del insecto se lo denomina Ninfa. Conforme las ninfas van creciendo, pasan al estado adulto en donde aparecen las alas y se termina el desarrollo del aparato reproductor. Una langosta tiene la facultad de generar grandes migraciones y de vivir en una gran variedad de ecosistemas. “Las que nosotros recibimos son los adultos que ya adquirieron alas para desplazarse. Especialistas del INTA de Santiago del Estero, que es donde se produjo la primera manga, manifestaron que las langostas están en etapa de saltona. Es muy probable que la densidad disminuya”, confió Saluso y añadió: “Dependemos de la estrategia de control que se esté realizando en esa zona. Existe la probabilidad de que lleguen aquí, pero depende de la ineficacia de los controles en la zona de cría”, aseguró. (Campo en Acción)
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