Niñas madres: una problemática que desafía a padres y escuelas

El caso de la joven de Crespo que dio a luz sin haberse dado cuenta de que estaba encinta reabrió el debate. Especialistas señalan que no alcanza con enseñar qué métodos anticonceptivos usar.

embarazo

El caso de Bárbara, la chica de 14 años oriunda de Crespo que el 6 de enero dio a luz a una beba sin saber que estaba encinta, causó una gran conmoción y reavivó un viejo debate: cómo revertir las cifras de los embarazos adolescentes.

En 2013 Naciones Unidas (ONU) emitió un informe titulado Estado de la Población Mundial 2013, donde se especifica que el embarazo adolescente representa el 15% del total de nacimientos en Argentina. En Entre Ríos, el promedio de nacimientos anuales es de 22.000. En 2010 fueron 22.357 y unos 100 se suman cada año desde entonces. El 19% de ese total son mujeres de entre 10 y 19 años. Según lo informado por el Ministerio de Salud de la Provincia, tres de cada 10 partos que se producen en hospitales públicos están dentro de esa franja etaria.

Se trata de un tema complejo y hasta paradójico si se considera que en la actualidad existe un mayor acceso a la información acerca de cómo evitar un embarazo de parte de los niños, niñas y adolescentes, a través de Internet y otros medios de comunicación.

Sin embargo, el tema no se reduce simplemente al conocimiento y el acceso a los métodos anticonceptivos. La sexóloga educativa Silvia Darrichón señaló a UNO que “el embarazo adolescente va más allá de la educación. Tiene que ver con una problemática social y hay que atender cada caso en particular. Hay muchos que aún conociendo los métodos anticonceptivos y sabiendo que pueden embarazarse si no los utilizan, conciben un hijo queriéndolo; no todos los embarazos adolescentes son no deseados”. Asimismo, aseguró: “No es suficiente con enseñar qué métodos anticonceptivos existen, sino que debe haber una educación integral, donde participe la familia, ya que los padres deben ser los legítimos educadores sexuales, ya que ellos definen qué consideran sexualmente aceptable y saludable para sus propios hijos; y donde la institución educativa deben acompañar en este proceso o suplir en caso de que la familia no se haga cargo”.

En Entre Ríos está vigente la Ley provincial Nº 9.501, que especifica en su artículo 4 que “el Consejo General de Educación diseñará e implementará políticas de educación sexual y garantizará recursos, financiamiento y formación docente”, y aclara que “el Estado provincial impulsará la formación académica en sexualidad humana en la educación superior y universitaria y simultáneamente la capacitación de los profesores en ejercicio. Se incluirá tanto en las políticas de educación sexual como en la capacitación y formación en los diferentes niveles educativos la perspectiva de las relaciones de género”.

También se menciona que “el Consejo General de Educación, buscará los mecanismos para contar con un organismo asesor interdisciplinario conformado por representantes de la Federación Sexológica Argentina, de Carreras Profesionales de Salud, Humanidades y Ciencias Sociales, Institutos Superiores Pedagógicos y Organizaciones no Gubernamentales, con demostrada experiencia de capacitación en educación sexual”.

Sin embargo, es aún un tema pendiente en las escuelas de Nivel Medio. “El Estado no se ha hecho cargo de cumplir con la reglamentación y la implementación de la ley, porque falta capacitación a nivel profesional. Si no nos abocamos a una educación integral, completa, y desde la sexología como disciplina científica, el docente no tiene el recurso que necesita para trabajar en el aula”, dijo Darrichón.

Por otra parte, la profesional opinó: “Los adultos de hoy tampoco fuimos formados en el tema de la sexualidad. La ausencia de la familia en cuanto a educar a sus hijos en este tema se da muchas veces no por mala voluntad, sino simplemente porque no están lo suficientemente capacitados y fortalecidos como para trasmitir mensajes claros y saludables a sus hijos. Por eso dentro del proyecto institucional de educación sexual en la escuela deben estar incluidas las familias. Es la única manera en que vamos a poder revertir estos casos de niñas-madres, que cada vez son más frecuentes”.

La experiencia de convertirse en mamá a los 14 años
Silvia Darrichón, sexóloga educativa, indicó en referencia a cómo abordar la educación sexual: “La mayoría de las veces los padres no saben qué hacer y la escuela no puede resolver todo. Si viéramos a la sexualidad como un aspecto positivo, enriquecedor y saludable de las personas sería mucho mas fácil abordarlo. Pero hay mucho desconocimiento y una gran confusión”.

En este sentido, afirmó: “Tenemos leyes de avanzada en nuestro país, pero todavía no hay un acompañamiento de cambio social para implementarlas”.

La mayoría de los especialistas coinciden en que la educación sexual en las escuelas ayudaría a revertir casos como el de Bárbara, la adolescente de Crespo que fue madre el 6 de enero en Crespo y que causó conmoción. La joven cumplió 14 años en setiembre y pasó a 3º año del ciclo básico del Secundario. Según publicó Paralelo 32, la chica, que asistió su propio parto, relató: “No sabía que estaba embarazada. Digamos que menstrué hasta antes de Navidad, me tomó de sorpresa. El domingo 5 de enero nosotros habíamos ido al río a la tarde, cuando volví estaba muy cansada, habíamos limpiado. Empecé con vómitos, me dormí un rato y después sentí muchas ganas de ir al baño; sentía que se me ponía dura la panza, le pedí a mi mamá un chicle laxante y después de un rato tuve la necesidad de ir al baño, enseguida siento como un huevo y lo primero que se me ocurrió pensar fue que era algo de mi cuerpo que salía, nunca una beba. Intenté sacarlo y me encontré con la nena”.

Su madre, que se transformó en abuela en un instante, contó que su otra hija sintió que algo pasaba y salió corriendo a despertarla. “Me dijo ‘Barbi tuvo un bebé, vamos a llamar a la ambulancia’; pero en medio de la incertidumbre preferí llamar a un ginecólogo de confianza. Eran las cuatro y media de la mañana, me dijo que la llevara a la clínica.

Sacamos el auto, la cargamos, enseguida la atendieron y le prestaron los primeros auxilios a ella y a la beba las doctoras Pilar Martínez y Gloria Waigel”. La mujer señaló que su hija se realizó controles ginecológicos en las vacaciones de julio: “La llevé al ginecólogo porque le crecían mucho los pechos, la vio y dijo que tendría pechos grandes. En diciembre fuimos con su doctora y le dije tiene un poco de panza, ‘sí, pero eso es por los remedios de la diabetes que está tomando, es normal’, me respondió. Siempre menstruaba, lo que menos pensé es que estaba embarazada, nadie me dijo vamos a hacerle una ecografía”. Dado lo inesperado de la situación nada fue preparado, ni siquiera el nombre de la beba. El papá de la nena también es un menor y, aunque el vínculo afectivo entre los adolescentes se haya diluido, no obstante las familias tuvieron su entendimiento y garantizada la cercanía a la beba.

Por estos días al igual que su mamá se encuentran con asistencia psicológica, organizándose para que la crianza de la beba no interfiera en sus estudios cuando comience el ciclo escolar.

Con su pequeña beba en brazos, Bárbara reflexiona: “Margarita más que nada es una bendición, aunque no sea la edad y todo, ahora pienso que es lo más lindo y no me arrepiento. Ya está y sé que voy a vivir para ella, que yo pasé a un segundo plano, no estoy tanto para amigas, la huevada ya no existe para mí. Es madurar de golpe y vivir para ella, hacer lo posible para estudiar, que me vaya bien”.


“La sexualidad tiene que dejar de ser tabú”

Silvia Darrichón afirmó: “La educación de la sexualidad debería ser parte de la educación general para ser persona. Sin embargo, venimos arrastrando siglos de silencios, tabúes, represiones, castigos. Ver a la sexualidad como algo malo, pecaminoso y cargado de culpa, es lo que hace que resulte tan complicado abordarlo como un tema más de la vida”.

“La educación de la sexualidad debe ser liberadora de mitos, de prejuicios, de temores y de culpas, si no no nos sirve”, añadió.

En este marco, también explicó: “Los humanos nacemos incompletos y vamos a terminar de armarnos a partir de la crianza. Nacemos con un sexo biológico, pero a partir de los estímulos de la crianza se va a ir conformando todo el mapa erótico de cada una de las personas. Esto acontece en los primeros años de vida, cuando el niño está con la familia. Por eso, a la pregunta sobre cuándo comenzar a educarlos en la sexualidad, la respuesta es que se debe hacer desde siempre. Lo hacemos con el ejemplo de cómo nos dirigimos y nos relacionamos los padres como pareja, cómo expresamos los vínculos de afecto, qué idea tenemos de la caricia, el respeto, el pudor; todo eso va articulando lo que es la sexualidad adulta en el niño o en la niña desde el momento de su nacimiento”.

“Pensar que debemos comenzar en la pubertad es una gran falencia. En esa etapa ya es como una papa caliente y muchos padres no saben qué hacer para educar a sus hijos en este sentido”, expresó.
Por su parte, Rosana Alem aseguró que “habría que educar a muchos padres primero, porque no saben tampoco cómo poner límites a sus hijos, no dialogan, y por eso hay tantos embarazos indeseados”.


Sostener el proyecto de vida de la madre e incluir al papá

Disponer de acciones que apunten a evitar un embarazo adolescente no deseado, o por lo menos no planificado, es una problemática que atañe a la sociedad en su conjunto y no se circunscribe solamente al ámbito educativo. “Tiene que ver con la prevención, el acceso a la información y la educación sexual de manera integral”, dijo a UNO la licenciada en Psicología Valeria Fleischman.

“Hay que tener en cuenta que ejercer la maternidad, incluso para una mujer adulta, implica la necesidad de estar acompañada. En el caso de la chica de Crespo hay que acompañar a esa mamá y también a la mamá de esa mamá; hay que tender ciertas redes para asegurar no solamente la crianza de esa criatura sino para sostener el proyecto de vida de esa madre adolescente”, contó.

Por otra parte, sostuvo que “es necesario hablar de la participación masculina en la gestación del bebé, y determinar cómo se sigue adelante con el papá para que forme parte de esta situación, ya que siempre se pone el foco en la mujer, en si se cuidó o no, y también hubo un varón que no lo hizo”.

“Desde una perspectiva de género, hay que entender que hay que criar varones distintos, diferentes. Y eso es un desafío para las mujeres”, recalcó.

En coincidencia con su colega, la psicóloga Rosana Alem opinó que “hay muchos casos de embarazos adolescentes en que las chicas no han tenido educación sexual. Ser madres les corta la adolescencia o preadolescencia y de ahí en más el rol de la familia es fundamental, ya que es muy difícil que puedan cumplir solas ese papel. Precisan alguien en quien apoyarse, ya sea en los padres, en alguna tía o una hermana. También el Estado debería apoyarla para que pueda reprogramar su vida”.

En muchas escuelas secundarias se procura brindar las condiciones para que las alumnas que son madres no abandonen sus estudios. Para ello, la legislación establece un régimen especial de asistencia, y en muchos establecimientos se permite que un familiar acerque al bebé en algún recreo para que pueda ser amamantado.

Las cifras

19%
De los niños nacidos vivos en Entre Ríos en nosocomios públicos y privados son hijos de madres que tienen entre 10 y 19 años.

15%
Es el porcentajes de embarazos adolescentes a nivel nacional, según un informe emitido por las Naciones Unidas.

22.000
Son los nacimientos anuales que se registran en la actualidad en promedio en la provincia, pero año a año se van incrementando, indicó UNO.

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