Acompañado de Horacio Pagani en Radio Nacional, el «Mariscal» cerró la noche junto al cantante Ariel Ardit y sus compañeros de la tira «Pasión Nacional».
Como si se tratara de un juego misterioso del destino, en su último programa de radio RobertoPerfumo eligió el tango Mala Suerte para cerrar la velada de Pasión Nacional. Luego sufrió el accidente que le quitó la vida.
«Habíamos encontrado el punto justo, Roberto querido. Fútbol y tango. Y disfrutaste este programa reciente hasta el último instante. Te fuiste feliz después de que compartiéramos ese cantorazo (vos lo dijiste) que se llama Ariel Ardit en el programa del miércoles. Nos despedimos en la vereda de Radio Nacional a las 22.10. Cada uno para su reducto nocturno. Estabas feliz por el programa. Una buena idea», escribió su compañero, Horacio Pagani, en su cuenta de Twitter.
«Le dijiste a Luis, mi pibe, que arreglara tu despedida al final de Abrazo de gol y de tango y que yo eligiera una: Seamos buenos, tal vez. Qué linda dupla me habían ofrecido !Qué orgullo, carajo! El Mariscal, mi amigo de 45 años. Fútbol y tangos. Nuestras dos pasiones. Ese abrazo del final, con Carlitos Ares como testigo (teníamos que cenar en su casa esta noche) no me lo saca nadie, Mariscal. Será de Dios», agregó su amigo.
«Tanguito, tango, tangazo, decías vos. Volver era tangazo. Lo repetías. Ahora tenés que volver vos, carajo. Volvé y salvemos esta mentira. No es cierto que te fuiste, primer campeón mundial. Si el miércoles a la noche hicimos el programa con Ardit .y dijiste: el viernes seguimos.Decía el viejo Ardizzone: hay que matar a la muerte. Matémola y volvamos a disfrutar esas charlas de fútbol y tango. Si vos sabías 600″, concluyó Pagani. (Playfútbol)
Letra de Mala Suerte
Se acabó nuestro cariño, me dijiste fríamente,
yo pensé pa’ mis adentros, puede que tenga razón,
lo pensé y te dejé sola, sola y dueña de tu vida,
mientras yo con mi conciencia me jugaba el corazón.
Y cerré fuerte los ojos, y apreté fuerte los labios,
pa’ no verte, pa’ no hablarte, pa’ no gritar un adiós
y tranqueando despacito me fui al bar que está en la esquina para ahogar con cuatro tragos lo que pudo ser tu amor.
Yo no pude prometerte
cambiar la vida que llevo,
porque nací calavera
y así me habré de morir.
A mi me tira la farra,
el café, la muchachada,
y donde haya una milonga
yo no puedo estar sin ir.
Bien sabés cómo yo he sido,
bien sabés cómo he pensado,
de mis locas inquietudes,
de mi afán de callejear.
Mala suerte si hoy te pierdo,
mala suerte si ando solo,
el culpable soy de todo
ya que no puedo cambiar.
Porque yo sé que mi vida no es una vida modelo,
porque quien tiene un cariño, al cariño se ha de dar,
y yo soy como el jilguero, que aun estando en jaula de oro, en su canto llora siempre el antojo de volar…
He tenido mala suerte, pero hablando francamente,
yo te quedo agradecido, has sido novia y mujer;
si la vida ha de apurarme con rigores algún día,
¡ya podés estar segura que de vos me acordaré!
COMENTÁ LA NOTA