«A 43 años del inicio de la guerra, seguimos afirmando que las Malvinas fueron, son y serán por siempre argentinas», se expresó en las redes sociales municipales.
En el acto, el Presidente Municipal de Aranguren, Luis Horacio Siebenlist, brindó las palabras alusivas: “Esta fecha es la más contradictoria de nuestro pasado reciente porque ese día se generaron sentimientos encontrados hasta hoy difíciles de explicar.
Por un lado, la más brutal de las dictaduras con secuestros y asesinatos que se multiplicaban por miles y por otro lado, el sentimiento de amor que nos provocan nuestras islas.
La dictadura feroz recuperando a través de una guerra insensata parte de nuestro territorio, porque la guerra no fue la consecuencia de una voluntad nacional de volver a Malvinas, sino el manotazo desesperado de un gobierno no elegido por el pueblo para seguir teniendo el poder.
El 2 de abril de 1982 un grupo de soldados argentinos toma por asalto y recupera nuestras Islas Malvinas por una decisión que tomó el dictador Galtieri.
Gran Bretaña que había usurpado las Islas hace 150 años reacciona con rapidez y envía una poderosa flota apoyada por Estados Unidos para enfrentarnos.
Nuestros solados en su mayoría jóvenes de 18 años, pasaban hambre y frío en las trincheras, no tenían ninguna experiencia en el combate y además su armamento era precario y antiguo.
Los invasores eran soldados profesionales, de mayor edad y con mucha experiencia y además usaban el armamento más moderno de la época y usaban trajes especiales para protegerse del frío, anteojos para ver en la oscuridad y estaban bien alimentados y descansados.
Y empezaron las batallas, los bombardeos nocturnos, las lluvias de balas que caían sobre nuestros soldados. El miedo a morir estaba presente en esas tierras frías y lejanas, pero tan argentinas como la Plaza de Mayo. Y los nuestros resistieron, lucharon, se defendieron, hubo combates cuerpo a cuerpo y los nuestros que tenían hambre y frío, pelearon como leones, miraron cara a cara al invasor y no le dieron descanso.
Levantaron la Celeste y Blanca y fueron para adelante, vencieron al maldito miedo, porque la valentía no es tener miedo, la valentía radica en que, teniendo miedo, se hace lo que se tiene que hacer y los nuestros hoy son nuestros Héroes, lucharon por todos nosotros, por nuestra tierra, por nuestra libertad y por nuestra soberanía.
Muchos allá murieron, tan lejos en kilómetros, pero tan cerca en nuestros corazones y los que volvieron, lo hicieron con el peso de la guerra sobre sus espaldas.
No murieron en vano cuando se defienden los intereses de nuestra Patria, no murieron en vano cuando no dejamos que los de afuera roben nuestra riqueza, no murieron en vano cuando los recordamos cada año y cuando estudiamos y trabajamos construyendo una Argentina en democracia y en paz.
Por eso desde nuestra pequeña comunidad, queremos honrar y valorar a todos nuestros héroes de Malvinas y sus familias, y por eso hemos mejorado este espacio físico para que podamos recorrerlo cada día y que la luz de la memoria activa no deje de brillar jamás. Las Malvinas son y serán argentinas. Viva la Patria”.
A continuación, la vicepresidenta Municipal, Licenciada Mirta Noemí Levars, dejó su mensaje para todos los presentes: “Hoy nos reunimos para conmemorar el 2 de abril, fecha que nos recuerda el valor y el sacrificio de quienes defendieron nuestra soberanía en nuestras Islas Malvinas.
En esta ocasión quiero hacer una mención especial a quienes muchas veces quedaron en segundo plano en los relatos de la guerra, las mujeres, que también fueron parte de la historia, porque en Malvinas también hubo mujeres que no estuvieron en las trincheras, pero sí estuvieron en los hospitales de campaña, en los barcos, en los centros de apoyo. Fueron enfermeras, instrumentadoras quirúrgicas, radio operadoras, voluntarias incansables.
Con sus manos curaron heridas, con su dedicación sostuvieron a los soldados en los momentos más oscuros y con su compromiso demostraron que el amor por la Patria no tiene género. Las enfermeras de la Fuerza Aérea, por ejemplo, trabajaron en condiciones extremas en los hospitales de Comodoro Rivadavia, asistiendo a los heridos que llegaban desde el frente de batalla.
Muchas de ellas no dudaron en arriesgarse para salvar las vidas afrontando incertidumbres y el frío y el dolor de la guerra.
También estuvieron las mujeres en las fábricas, cosiendo uniformes, preparando insumos, enviando cartas de aliento a los soldados.
Fueron madres, hermanas, hijas, amigas, que vieron la guerra desde el hogar, sosteniendo a sus familias con fortaleza y esperanza, llorando en silencio por cada joven que partía sin certeza de regreso.
Hoy, al recordar Malvinas, es fundamental también reivindicarlas a todas ellas. A 43 años de la guerra, seguimos levantando la bandera de la memoria, seguimos exigiendo soberanía y seguimos honrando a nuestros héroes y heroínas. Las Malvinas son argentinas y nuestra memoria, nuestra historia y nuestro compromiso con la justicia y la memoria también lo son”.
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