Silvio Marzolini, gloria de Boca y del fútbol argentino, murió este viernes tras padecer una larga enfermedad, a los 79 años. El mundo xeneize regó de mensajes las redes sociales en recuerdo al ídolo que jugó 12 años en el club y también se sentó en el banco de suplentes como director técnico.
El mejor marcador de punta izquierda del fútbol argentino según una encuesta realizada por la revista El Gráfico, consagrado por la prensa especializada como el mejor 3 en el Mundial de Inglaterra 1966, falleció internado en su casa del barrio porteño de Belgrano, rodeado de sus seres queridos.
El año pasado, Marzolini había sufrido un ACV y permaneció en el Instituto Fleni, en donde realizó una larga recuperación, agravada en los últimos tiempos por una nueva enfermedad.
La noticia fue confirmada por su familia este viernes, luego de que el miércoles algunos rumores falsos confirmaron su deceso.
Marzolini llegó a Boca en 1960, transferido desde Ferro, y con la camiseta azul y oro salió campeón seis veces: 1962, 1964, 1965; la Copa Argentina de 1969; y los torneos nacionales de 1969 y 1970, en los cuales era el capitán del equipo.
Como entrenador, dirigió dos veces a Boca: en 1981, consagrándose campeón del torneo Metropolitano con Diego Maradona como su máxima estrella; y en 1995 otra vez como técnico de Diego en su vuelta al fútbol, después de la suspensión por doping en el Mundial 1994.
En Boca, jugó 408 partidos con 10 goles convertidos. Es el tercer futbolistar con más encuentros jugados después de Roberto Mouzo y Hugo Gatti; y con 193 presencias es el segundo en actuaciones en la Bombonera después de Juan Román Riquelme.
En la selección nacional participó de los mundiales de Chile 1962 e Inglaterra 1966. Con la camiseta albiceleste jugó 28 partidos y convirtió un gol.
La estatua de Marzolini está en el hall central de La Bombonera junto con otros ídolos como Rojitas, Riquelme, Palermo, Guillermo Barros Schelotto, el «Chapa» Rubén Suñé, Carlos Bianchi y el «Toto» Lorenzo.
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